La fuerza y la fragilidad del narciso, una fragancia entre las sombras y la luz.
La perfumista Marie Hugentobler selecciona los excepcionales narcisos que crecen en las montañas francesas de Aubrac. Se necesitan casi 1.600 kilos de estas flores silvestres, recogidas por los cultivadores locales, para producir un kilo de aceite absoluto de narciso, con sus potentes y delicadas facetas florales.
En NARCISSE TAIJI, la perfumista destaca las fuerzas opuestas de esta flor preciosa y polifacética. Al lado luminoso y vegetal de la flor recién recogida, la perfumista opone el lado oscuro y animal del narciso, realzado por acentos de cuero y pachulí.
Un equilibrio perfecto, sorprendente y sensual.
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