En la mitología griega, las Hespérides eran las ninfas guardianas de un jardín con preciosas “manzanas de oro”: los cítricos. Un perfume con una frescura verde y chispeante: los aromas frutales se fortalecen con las notas especiadas y adquieren una nueva vivacidad que resulta elegante y diabólica.
Había tres Hespérides: Aegle, Erytheia y Hesperia. Los cítricos que custodiaban tenían varias virtudes, entre ellas el poder de otorgar belleza y bajar la fiebre.
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