En Calabria, en la época de la cosecha del neroli, el aire se llena de su perfume. Pero también está la fragancia de las bergamotas que crecen cerca, y del polen y las hojas verdes. Todo un huerto en estado de efervescencia aromática, como una invitación a la dolce vita. Casi se puede oír el suave sonido del follaje mientras se recogen las flores; sería encantador sentarse bajo un árbol, dejarse arrullar por estos aromas y caer en un sueño…
El nerolí debe su nombre a la princesa italiana de Nerola, que perfumaba sus guantes con esencia de naranja amarga, lo que dio popularidad a este aroma dulce y floral.
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