Opulento, indulgente, delicioso. Exquisita como una delicia turca, suave como una rosa bizantina. Esta crema deliciosamente rica reconforta la piel seca, incluso la más sensible. La fragancia: La generosidad de la Rosa de Damasco se funde con el misterio de la Mirra y la fuerza del Bálsamo del Perú.
Extraer una cantidad generosa con la espátula o con los dedos. Extender por todo el cuerpo y masajear a fondo la piel. Se absorbe rápidamente.
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