Elija una vela y luego emparéjela con otra para descubrir su inesperada alquimia olfativa, que parece reinventar cada aroma mientras crea un tercero.
Dúo de ámbar y almizcles: La Ruta de la Seda. La Ruta de la Seda, una de las más antiguas del mundo, atravesaba Asia y el norte de África en su camino hacia Europa. El precioso tejido fue transportado a lo largo de miles de kilómetros junto con el almizcle, el ámbar y los bálsamos, perfumando el aire con sus cautivadoras notas.
La primera vez que enciendas una vela aromática, déjala arder durante dos o tres horas hasta que toda la cera de la superficie se haya vuelto líquida. Recorta la mecha regularmente con el recortador de mechas especial (longitud ideal: 3-5 mm). Al apagar la vela, comprueba que la mecha está en posición vertical y centrada.
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